domingo, 18 de marzo de 2012

DEMASIADOS PETÁLOS

                                                          
                                                                    
Sección: Pensamientos Fundamentales en Nuestra Vida Diaria

Por Serafín Alarcón Carrasquillo/Noticias Sur P.R.

Salmos 18:27 - Porque tú salvarás al pueblo afligido, Y humillarás los ojos altivos.
                
Caminaba por una comunidad del pueblo de Villalba y me detuve a contemplar el hermoso jardín de una residencia. Flores de todo tipo y colorido. Entre ellas había una que a pesar de tener muchos pétalos lucia seca…

Un corazón soberbio es precursor de todo mal. El orgullo es un arma de destrucción masiva y su impacto puede perdurar por generaciones. Cuando los hombres permiten que la soberbia haga huella en su paladar, las amarguras de ellos y los que le rodean han de tomar un papel principal en su rutina diaria. La gloria de un hombre, el culto a su propia grandeza se hacen evidentes en Nabucodonosor. Este rey, vivo ejemplo de este perfil, terminó arrastrándose sobre la tierra y devorando la hierba como una bestia por causa de su bien marcada arrogancia y soberbia. Sus uñas le crecen como garras de aves, y su pelo como plumas de águila (Daniel 4:33). Su orgullo le llevo de ser un poderoso rey, a una bestia del campo.

Amados, Dios odia la altivez en los ojos de los hombres. El no tolera a aquellos que por su poder o posición en la sociedad abusan de los más desventajados. Al fin del camino, Dios dirige todas sus flechas a los corazones orgullosos. Hermano, ¿es su corazón soberbio? Cristo intenta entrar en el corazón del orgulloso, así como en el del pecador. Pero, nos corresponde a cada uno de nosotros examinarnos bien y admitir que tal vez llevamos demasiado tiempo pensando de nosotros lo que tal vez no es. ¿Me entiendes?

Sin duda hoy es un buen día para despertar de cualquier falso y peligroso ensueño. Te pregunto: ¿Estás haciendo gala de tus dones o talentos? ¿Te sientes orgulloso de ti mismo y de tus experiencias espirituales? Debo tener mucho cuidado, debo jamás permitir que mis demasiados pétalos marchiten y sequen mi vida de raíz.

(El Autor es Misionero y Director de los Ministerios Tablitas del Señor y la Primera Iglesia Virtual).

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