domingo, 31 de julio de 2011

DEMOS GRACIAS A DIOS, A PESAR DE NUESTRO PASADO O PRESENTE

                                            
                                         
Sección: Pensamientos Fundamentales en Nuestra Vida Diaria

Por Serafín Alarcón Carrasquillo/Noticias Sur P.R.
                                      
Fil 4:4-7
Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: !Regocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Un día con muchas razones para celebrar… Y es que, hoy cumplo cuarenta y cinco años de estar vivo en esta tierra. Cuarenta y cinco otoños vividos todos por la gracia del Creador. Caminaba una comunidad del pueblo de Ponce y allí conversaba con una mujer que había sobrevivido un terrible accidente de auto. En su rostro lograba aún verse la marca de aquella desgraciada madrugada. Me contaba como Dios le dio una nueva oportunidad pues las otras personas que le acompañaban en el auto habían fallecido. Solo ella quedó con vida. Regresaban de una noche de baile en una discoteca cuando un borracho rebasó un semáforo impactándoles a unas casi cien millas de velocidad.

Y como no he de identificarme con esta mujer... ¿Cuántas veces yo también sobreviví situaciones peligrosas solo por la misericordia y el amor de Dios? ¿Cuántas fueron las ocasiones en donde jugué demasiado con fuego buscando quemarme? En fin, que luego de compartir experiencias, me dispuse a orar junto a ella y a dar ambos gracias a Dios por el maravilloso privilegio de estar vivos.

Amados, estar vivos y conocer a CRISTO no tiene paralelos, no tiene comparación alguna. Mi Dios ha borrado todo aquel pasado de errores y desatinos para tejer en cada minuto que vivo una nueva experiencia insuperable. Se que tal vez algunos no piensen igual, sé que hay muchos pasando por pruebas que en este instante no les permiten gozar plenamente de la vida.

El apóstol Pablo estaba agradecido de Dios pues a pesar de su pasado y aún de su presente, preso en Roma, podía dar gracias a Dios y exhortar a otros a regocijarse.

¿Y por qué no? dos mil años después hago yo lo mismo; ¡Regocijaos! Otra vez os digo: ¡Regocijaos!

(El Autor es Misionero y Director de los Ministerios Tablitas del Señor y la Primera Iglesia Virtual.)

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