domingo, 24 de octubre de 2010

HAGAMOS DE ESTE MUNDO UNO MEJOR PARA VIVIR

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Sección: Pensamientos Fundamentales en Nuestra Vida Diaria

Por Serafín Alarcón Carrasquillo/Noticias Sur P.R.

Lucas 15: 20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
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La misión que Dios nos da se concentra en las personas, en los seres humanos que Dios pone en nuestro camino. No hay justificación para ignorarles, no importa su aspecto. No olvidemos, las interrupciones en nuestras vidas pueden ser el mismo Dios llamándonos a servir. Mientras caminaba el barrio JAUCA del pueblo de Santa Isabel los cielos se abrieron y calló una lluvia de esas que te obligan a refugiarte en la primera estructura que encuentres a tu alcance. Y allí, en aquella casucha abandonada me topé con lo inesperado. Un vagabundo la usaba como morada, como residencia permanente. ¿Se imaginan mi sorpresa?… Así que, libre de toda timidez le dije: -Dios te bendiga… -Amen… Contestó.
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Mientras la lluvia caía le enseñe las tablitas y conversamos de la vida, de cómo uno puede hacer malas elecciones y sus consecuencias. Mientras ambos filosofábamos pensaba en mi interior si esta conversación era real, si en verdad hablaba con un vagabundo o si era el mismo Jesucristo hablándome. Les digo que en estos años de caminatas me han pasado tantas cosas surreales, tantas instancias en donde la vida me da una lección nueva que aprender. Aquel vagabundo con aire de sabio me hizo entender con mayor claridad la importancia de mi llamado, de esta bendita gracia de ser mensajero del Señor. Al cesar la lluvia oramos juntos y nos despedimos como dos viejos amigos que se conocieran desde niños.

Amados, muchas veces nos entrampamos y nos separamos, asustados y ansiosos, sin saber dónde estamos, incapaces de estar dónde queremos estar le damos la espalda a la vida, a nuestras familias y a Dios. Nos lanzamos contra paredes que no podemos derribar, barreras que no podemos saltar, sólo para terminar en prisiones espirituales. Aquel vagabundo me recordó el amor de Dios que nos cuida y que acude a mostrarnos la salida. Nuestro Dios hace tantas cosas para que volvamos nuevamente a casa. Sí, como el padre del hijo prodigo que al verlo a lo lejos su corazón se llenó de gigantesca emoción; Cristo camina con nosotros, mostrándonos su cuidado y su amor de manera que podamos experimentar libertad. Dios nos guía de regreso a casa, el no se rinde, el no es hombre para arrepentirse.

Perseveremos en ese empeño de predicar a Jesucristo, de hablar a otros del milagro que ha hecho en nuestras vidas. Solo así, lograremos hacer de este mundo uno mejor para vivir.

Salmos 139:14
14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;
Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.

(El Autor es Misionero y Director de los Ministerios Tablitas del Señor y la Primera Iglesia Virtual).

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